Opinión

En la cuna de la Fórmula 1

El GP de Gran Bretaña es una cita especial. Por un lado, porque se celebra en Silverstone, el circuito que lanzó la F1. Por otro, porque los pilotos británicos dominan el palmarés histórico, con Lewis Hamilton al frente.

Max Verstappen rueda en Silverstone durante la clasificación del GP de Gran Bretaña.
ANDREJ ISAKOVIC
Juan Gutiérrez
Subdirector de polideportivo. Ha desarrollado toda su carrera en AS desde 1991. Cubrió dos Juegos Olímpicos, siete Mundiales de ciclismo y uno de esquí, 12 veces el Tour y la Vuelta, seis el Giro… En 2007 fue nombrado jefe de Más Deporte, puesto que ocupó hasta 2017, cuando ascendió a subdirector en las áreas de Motor, Baloncesto y Más Deporte.
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El Gran Premio de Gran Bretaña es una cita especial del calendario automovilista. Tiene que serlo. Por un lado, porque se celebra en Silverstone, el circuito que lanzó la Fórmula 1 en mayo de 1950. El origen. Por otro, porque los pilotos británicos lideran el palmarés histórico del Mundial, con veinte de los 75 títulos repartidos entre diez campeones. Al frente de ese listado se yergue Lewis Hamilton, una leyenda en activo, que ganó aquí el año pasado, y otras ocho veces más, y que el viernes volvió a exhibir su clase en los libres. Hamilton es uno de los tres pilotos patrios que aspiran hoy a enloquecer a la grada. Los otros dos son Lando Norris, que también busca el asalto al liderato, y George Russell, pero ninguno conoce todavía el placer de coronarse ante su afición. No es británico, pero como si lo fuera, el australiano Oscar Piastri, a los mandos de un McLaren, otra joya de la casa.

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La fiesta se prometía feliz, si no es porque Max Verstappen está empeñado en demostrar que, a pesar de no tener el mejor coche, sigue siendo el mejor piloto. Esta temporada ya ha ganado dos carreras, en Japón y en Emilia-Romaña, y tuvo a sus rivales contra las cuerdas en Montmeló, antes de que Red Bull la pifiara y él mismo perdiera la cabeza por partida doble, la cabeza de carrera y su propia cabeza. Verstappen silenció Silverstone con una magnífica pole. Este domingo puede colarse otra vez en la fiesta, a la que no han sido invitados los españoles. Y eso que ambos han triunfado en la cuna de la F1. Otros tiempos. Fernando Alonso se impuso en 2006 y 2011. Ya ha llovido. Y Carlos Sainz, en 2022, antes de cambiar el Ferrari por el inoperante Williams. Ninguno está para esas batallas. De hecho, ahora se celebran séptimos puestos como si fueran Champions. Esa es la realidad actual. Y también la realidad futura, si Adrian Newey no lo remedia. A algo hay que agarrarse.

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