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Désiré Doué 77', William Joel Pacho Tenorio 81', Lucas 91', Ousmane Dembélé 95'
PSG
Finalizado
Mundial de Clubes 2025

Llamando al Madrid

Los goles de Doué y Dembélé tumban al Bayern y premian a un heroico PSG que acabó con nueve. Pacho y Lucas, expulsados. Terrible lesión de Musiala.

Paris Saint-Germain's French midfielder #14 Desire Doue (R) celebrates with teammate Portuguese midfielder #17 Vitinha (L) after scoring his team's first goal  during the FIFA Club World Cup 2025 quarterfinal football match between France's Paris Saint-Germain and Germany's Bayern Munich at the Mercedes-Benz Stadium in Atlanta on July 5, 2025. (Photo by Paul ELLIS / AFP)
PAUL ELLIS
Aritz Gabilondo
Aritz Gabilondo (San Sebastián, 1980) es redactor jefe de fútbol internacional de AS. Licenciado en Periodismo por la Universidad de Navarra, empezó su carrera en El País y desde 2002 trabaja en AS. Ha cubierto Mundiales, Eurocopas y Juegos Olímpicos para este diario. Es comentarista de fútbol internacional en Cadena Ser, Movistar+ y Mediaset.
Atlanta (EE UU) Actualizado a

Al PSG no hay gigante que le tumbe, no hay historia que le aterre. A Luis Enrique le brota un equipo de autor que disfruta y sufre, que sabe divertirse y pasarlo mal. Los goles de Doué y Dembélé le proporcionaron lo primero y las expulsiones de Pacho y Lucas, lo segundo. Pero el PSG salió vivo del camino de piedras que siempre constituye el Bayern y ya está en semifinales. Una llamada al Madrid, el único que parece en disposición de pararle los pies.

El partido fue precioso. Los dos equipos quisieron jugar y no permitir jugar. Los dos presionaron como si fuera lo último que hacer en sus vidas. El Bayern tiene como equipo todos los registros que se manejan. No abandera ninguno, pero emplea todos. El de ser agresivo sin balón y pulcro con él, también. No es el City de Guardiola ni el PSG de Luis Enrique, pero es el Bayern y eso es mucho.

Con Kompany ha ordenado sus piezas. Los atacantes defienden y los defensas atacan. Quizá este sea el secreto de todo: ser grande y pensar como pequeño, tener lujo cuando atacas y jornaleros cuando defiendes. Eso justo lleva tiempo caracterizando a un PSG que quiso ser él, el mismo de siempre, el campeón de Europa, aunque con el respeto lógico de tener a un coloso enfrente.

Sin Dembélé

Hace bien Luis Enrique en respetar los galones del fútbol, aquellos que, hasta su llegada, el PSG olvidaba con demasiada frecuencia hasta llevarse constantes topetazos. Pese a la cautela y a tener a Dembélé en el banquillo, el cuadro francés se acercó puntualmente a la portería de Neuer.

Fabián tuvo una ocasión de las que no perdona, como Doué, aunque la más clara vino de un zigzagueo de Kvaratskhelia, uno más, que salvó de manera milagrosa el gigante portero del Bayern. Si alguien hubiera pensado que de Georgia iba a salir un regateador como los de las calles de Brasil o Argentina se le habría tildado de loco, pero es una verdad como un templo.

En cualquier caso, había grietas en el PSG que hasta ahora parecían desconocidas. Los dos laterales, Achraf y Nuno Mendes, sufrieron ante Coman y Olise, y poco a poco el Bayern empezó a bombear oxígeno. Kane lanzó un aviso de cabeza, Pavlovic otro en un centro envenenado y Upamecano llegó a marcar, aunque el gol fue anulado por el VAR por fuera de juego. Lo peor llegó cuando Donnarumma se llevó puesto a Musiala y el tobillo de la joya de la corona bávara quedó colgando. Terrible.

El shock se notó en los alemanes, que volvieron a sentirse vulnerables sin su estrella. El encuentro devolvió al PSG a su posición dominante. Lo pudo aprovechar Barcola tras un error de Tah, pero se topó con un Neuer inconmensurable.

Segundo tiempo loco

Aquello sirvió de reacción para su equipo. Kane se creció. Olise también. El PSG sufrió. Las dos porterías temblaron. Fue un desarrollo de gran nivel entre dos conjuntos de extraordinaria calidad, cada cual más decidido a dar el primer golpe. Lo pudo propinar Dembélé, recién salido, cuando una de esas aventuras de Neuer más allá de su área casi acaba en tragedia. A portería vacía, el balón se fue fuera llorando y pegado al palo. Fue un preludio de lo que vendría.

Ese PSG que al principio de temporada jugaba y no marcaba, amenazaba y no pegaba, ese que de repente hizo clic y no solo gusta, sino que castiga, encontró el tesoro con un zurdazo de Doué que cogió a contrapié a Neuer. Ni los nervios finales tras las rojas a Pacho y Lucas ni el gol anulado a Kane cambiaron el panorama, que incluso se reforzó con la sentencia de Dembélé jugando el PSG con nueve.

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Un golpe de autoridad que vale una semifinal. Uno que tumba a un coloso. Uno que sirve de llamada al Madrid, la única kriptonita aparente para un extraordinario equipo de Luis Enrique, dueño de su estilo y ahora también dueño de su destino.

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PSG
Bayern

Cambios

Sacha Boey (33', Josip Stanisic), Serge Gnabry (45', Jamal Musiala), Ousmane Dembélé (69', Bradley Barcola), Thomas Müller (79', Kingsley Coman), Leon Goretzka (79', Aleksandar Pavlovic), Warren Zaïre-Emery (79', Fabián Ruiz), Lucas Hernández (79', Désiré Doué), Beraldo (83', Khvicha Kvaratskhelia), Raphaël Guerreiro (87', Sacha Boey)

Goles

1-0, 77': Désiré Doué, 2-0, 95': Ousmane Dembélé

Tarjetas

Arbitro: Anthony Taylor
Arbitro VAR: Ivan Bebek, Marco Di Bello
Laimer (67',Amarilla), Désiré Doué (75',Amarilla), Kompany (75',Amarilla), William Joel Pacho Tenorio (81',Roja), Lucas (91',Roja)

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