Huele a Champions
PSG y Bayern reviven en el Mundial un nuevo clásico europeo. La opción de cruzarse con el Madrid lo aviva. Dembélé y Musiala apuntan a titulares
A la élite europea se le subieron hace tiempo a las barbas esos nuevos ricos instalados en la zona celeste de Manchester y en París, dos equipos formados a golpe de talonario, de petróleo y gas, que al tiempo que crecían y crecían iban comiendo terreno a la burguesía clásica.
Hoy el Mundial mide a dos de esos polos contrapuestos, Bayern y PSG, PSG y Bayern, en el otro rincón del mundo, en Atlanta, la ciudad del hip-hop, el epicentro de un duelo gigantesco entre conjuntos europeos que para lucrar a ambos debe disputarse a miles de kilómetros del corazón de sus aficionados (sigue el partido en directo en iccwin247.com).
Esto es un Mundial, el Mundial que querían los clubes, el que reparte sumas estratosféricas por pasar rondas (19,45 millones se embolsará el que pase a semifinales) y que fue estructuralmente pulido por la ECA, la asociación europea que comandan, curiosamente, el PSG y el Bayern. Sin su trabajo, nada de lo que hoy reparte la FIFA por participación y por premios sería posible.
A estas alturas de la temporada, y de la historia, llegan los dos en una condición diametralmente opuesta a la de costumbre. El PSG es por fin campeón de Europa, para muchos el favorito también a alzar el título mundial, y aparece en escena tras meter miedo a todos tras un final de temporada colosal. Luis Enrique llevó hasta la excelencia a un grupo de jóvenes con hambre, incansables, una colección de futbolistas formidables a los que además hoy quizá haya que incluir de inicio a Ousmane Dembélé, quien ya regresó de una lesión saliendo desde el banquillo en la anterior ronda. Barcola puede ser el perjudicado.
El PSG juega a otro ritmo. Siete de sus 10 goles en el torneo llegaron en el primer tiempo, lo que evidencia que sale a morder como ningún otro equipo en el mundo hoy en día. En los cuatro choques disputados sólo encajó un gol, aunque le costó la derrota ante Botafogo. El termómetro sólo indica cosas positivas para los parisinos desde entonces, aunque la realidad es que sus dos últimos partidos han sido ante equipos de la MLS, nada que ver con la verdadera élite del torneo.
Ruta difícil. Más altisonante si cabe ha sido lo del Bayern. Se le fue la primera plaza del grupo en favor del Benfica. Eso le hizo evitar al Chelsea en octavos, pero no a la parte dura del cuadro. Hoy será el PSG, en semifinales quién sabe si el Madrid. Un camino de espinas para cualquiera, también para este Bayern que aún debe romper el cascarón para ser el de siempre.
Tiene a Kane y eso es mucho, ha ido recuperando a Musiala y eso también, ha encontrado más estabilidad atrás y eso es fundamental, y aun así no termina de arrollar como cuando está fino. Sirva como ejemplo de esta indefinición que Leroy Sané, utilizado en los últimos partidos como suplente para minutos claves, ya no está en el torneo porque se ha ido al Galatasaray sin que acabe el Mundial.
Un desaguisado que no es propio del gigante alemán. Una demostración más de que las excentricidades que antes hacía el PSG ahora las hace el Bayern y que la jerarquía que antes tenía el Bayern ahora la tiene el PSG. Algo está cambiando. Algo que hoy el Mundial vuelve a poner a debate.
¡Tus opiniones importan! Comenta en los artículos y suscríbete gratis a nuestra newsletter y a las alertas informativas en la App o el canal de . ¿Buscas licenciar contenido? Haz clic
Rellene su nombre y apellidos para comentar