Gondomar recibe a Diogo Jota entre aplausos: “Era demasiado joven…”
En Do Dragao se gesta una despedida tranquila. Unos ramos y aficionados solos que recuerdan a su ídolo. En Gondomar, su localidad, aplausos cuando llegan sus restos.

El sol cae en Oporto y la pantalla exterior de Do Dragao cada vez luce más. Donde otros días luce el escudo del club del dragón hoy solo hay una cara en blanco y negro: la de Diogo Jota vistiendo la camiseta del Oporto. Su fallecimiento y el de su hermano André en la madrugada del pasado miércoles en un accidente en Zamora mientras viajaban a Santander para coger un ferri hacia Inglaterra ha sumido a su ciudad en el silencio. La peña general se respira a la espera de un funeral que se celebrará a las 10 de la mañana en la Iglesia Matriz de Gondomar, la localidad que le reconoce como propio y que queda apenas a unos minutos del estadio donde se celebraron sus goles en apenas una temporada.
Además de su cara en las pantallas, tres ramos de flores reposan en la puerta del museo del Oporto recordando tiempos mejores en Do Dragao. “Solo estuvo un año pero…” recuerda Frederico, aficionado del Oporto que da un paseo cerca del estadio con sus dos perros. “Perder a dos hijos a la vez, no me lo quiero imaginar” añade sobre la familia. A él, con poco más de 30 años, la noticia le obliga a parar, a reflexionar. “Esto es una mierda… Vamos corriendo a todo y no apreciamos nada… y de repente, mira”. “Es una mierda”, espeta cuando la cámara ya no graba.
El silencio recorre el estadio que un día celebró sus goles. Solo, con una cerveza en la mano y con el escudo en el corazón mirando la pantalla en la que se ve la cara de Jota está Marciu. “Estuvo poco tiempo, pero era diferente”, afirma. Las palabras apenas le salen. “Seguro que la afición le rinde homenaje”, añade.
Aplausos en la llegada a Gondomar
Gondomar, su localidad, muy cercana a Oporto, ya vela a Diogo Jota y Andre Silva. Una vez terminaron todos los trámites burocráticos en Zamora, los restos de ambos hermanos fueron trasladados desde España a la localidad donde se criaron.
A su llegada a Capela da Ressurreição, en plena noche portuguesa, una decena de vecinos recibieron a sus héroes con una última ovación. Se espera una despedida aún más grande este viernes cuando comience su velatorio y todos le puedan dar su último adiós. Todo, en un día que amanece con el luto oficial decretado y las declaraciones de pésame y lamento se suceden en la televisión: desde el primer ministro a varios ex seleccionadores o Villas-Boas, presidente portista. También multitud de compañeros en redes sociales a lo largo del día.
Tras el velatorio, su funeral será el sábado a las diez de la mañana en la Iglesia Matriz de Gondomar.
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